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Huixtla

 

En la parte sur del estado de Chiapas, se localiza el municipio de Huixtla, cuya cabecera está situada a una altitud de 30 metros sobre el nivel del mar, limita al norte con Motozintla,  al sur con Huehuetán,  Mazatán y el océano pacifico,  al este con Tuzantán, al oeste con Villa Comaltitlán.

Su extensión territorial es de 385 kilómetros cuadrados, que representa el 0.51% de la superficie del estado de Chiapas y el 0.20% del territorio de México..       

El principal curso de agua es el río Huixtla que recorre el 5.86% de la superficie del Estado. su caudal es permanente y  que con el crecimiento de la ciudad fue desviado, pero que actualmente empieza a partir la ciudad en dos partes, otro es el arroyo intermitente El Cusco que nace en los limites de Huixtla con Tuzantán. Y que actualmente su caudal a disminuido y es utilizado como canal para drenar las aguas negras de la ciudad.

En la cabecera municipal y en la mayor parte del municipio el clima es cálido-húmedo con lluvias abundantes en verano, al sur es cálido-subhúmedo con lluvias veraniegas. La cabecera registra una temperatura media anual de 27.5ºC y una precipitación pluvial de 2,500 milímetros al año. Los vientos predominantes son de norte a sur.

 

La superficie municipal está conformada por zonas accidentadas (30%) que constituyen parte de la Sierra Madre de Chiapas; lomeríos (10%) formando la zona de transición entre la sierra y la llanura del Pacífico que ocupa con sus terrenos planos (60%) el sur del municipio.

 

Dentro de la flora encontramos el Coyol, cuchunuc, guanacastle, guapinol, morro, palo mulato, quebracho, botoncillo, madre de sal, mangle blanco y mangle colorado.

La fauna es rica y variada ya que encontramos especies como el caimán, cocodrilo, cigüeñón, espátula, garcita verde, gaviota, golondrina de mar, loro, pelícano, tecolotito, manglero, mapache, murciélago, jaguar, puerco espín, armadillo, tepescuintle, tuza, conejo, gato montes, boa, cantil, iguana de ribera, chachalaca copetona, urraca copetona, liebre y zorrillo rayado, oso hormiguero, algunas de estas especies se encuentran en peligro de extinción.

Una de sus sitios históricos es la Estación de ferrocarril, data de 1908, construida a base de ladrillos y techo de teja de barro, que permanece intacta, por su estilo es única en la región por lo cual es considerada un monumento arquitectónico. En la época de la revolución fue utilizado por los revolucionarios llamados caudillos del sur, para llegar a esta zona de del sureste mexicano.

La ciudad se llena de color cuando se realizan las fiestas populares, en Huixtla no podía ser la excepción así que del 14 al 21 de febrero se lleva a cabo la feria comercial, agrícola, cultural y  el 4 de octubre la fiesta San Francisco de Asís. Sin olvidar las costumbres de antaño de celebrar la Semana Santa, el 3 de Mayo día de la Santa Cruz, el 1º y 2 de noviembre el día de Muertos, el 12 de diciembre día de la Virgen de Guadalupe, y en diciembre la Navidad y en enero Año Nuevo.

Las leyendas no podían ser olvidadas así este lugar es admirado por el misterio que envuelve de "La Piedra de Huixtla". Monumento natural visitado por los mismos Habitantes de la región, de otros estados de la república y por extranjeros que llaman el lugar como sitio ideal para escalar.

 

En el área gastronómica las damas se lucen, ya que elaboran alimentos exóticos como el casquito, la tortuga con pollo y famoso tamal de Chipilin y Hierva Santa (hiervas que se dan en la región). Ahora que si de consentir a su paladar se trata hay dulces de coco molido, de cacahuate, turrón y nuégado, coyol y pan de palo. Y para refrescarse del intenso calor se hacen bebidas como el pozol negro y blanco, agua de naranja, tamarindo y papaya.

Huixtla es cabecera municipal. y el Municipio No. 40 de 118 municipios. Pertenece la zona VIII que corresponde a la Zona Soconusco.

Su clima es Subtipo cálido con abundantes lluvias en verano

Huixtla se encuentra en medio de una franja más o menos paralela a la línea de costa, entre Tapachula y Arriaga, y en otra situada en el centro-norte con una orientación noroeste-este, así como en dos zonas del extremo norte, se distribuye el clima cálido con abundantes lluvias en verano; en estos terrenos la precipitación total anual varía entre 2 000 y 3 000 mm principalmente y el mes más seco suma menos de 60 mm.

Su agricultura y vegetación mas importante el Café, maíz, fríjol, cacao, caña de azúcar, mango, marañón, frutas tropicales que se cosechan en temporada,  pastizal para ganado y agricultura de temporal como el melón, sandia, pepino y otros.

El principal punto de acceso es la carretera federal No. 200 que corre paralelamente a la costa, entra al estado de Chiapas por la localidad de Arriaga, pasa por Tonalá, Pijijiapan, Mapastepec, Escuintla, Huixtla y Tapachula.

Otra punto de acceso es la carretera número 211, que une las carreteras Números 190 y 200, pasando por las localidades de Frontera de Comalapa, Amatenango de la Frontera, Mozintla de Mendoza y Huixtla, donde se une con al carretera federal 200..

 

Los sitios mas importantes para los visitantes extranjeros y foráneos son:

 

- La piedra de Huixtla.

- Estación del Ferrocarril.

- Brisas de Hueyate.

- El centro de la Ciudad

- Así como la experiencia que puedes vivir, visitando ríos y montañas en la parte baja, media y alta del municipio. 

HISTORIA

1.- HUIXTLA – ORÍGENES MAYAS

Parafraseando al Dr. García de León, Huixtla al igual que otros pueblos tuvo que ver en la población de mundo. En aquel tiempo, cuando la larga noche de los animales dio paso a la cultura de los hombre fue atravesada por muchas migraciones y su tierra fue ocupada.

 

Probablemente el pueblo de Huiztlán de la lengua mayance man HUIZ – Espinas TLAN – Lugar, fue una de las muchas comunidades aldeanas que se subordinaban a los centros urbanos del “Antiguo Imperio” de los mayas. Comunidades que se relacionaban entre si por un débil comercio que con el paso del tiempo se fue diversificando en excedente agrícola. En una mayor complejidad social, en luchas internas y territoriales, en ciudades – estados del pre-clásico olmeca y clásico maya. Huiztlán como otras comunidades tributarias gozaban  de una mínima independencia interna la cual tenía un costo. Como nos dice el Dr. García de León…. “El precio de su relativa independencia interna fue muchas veces alto, tanto como el excedente que estas comunidades tenían que pagar a sucesivos Señores y grupos religiosos y militares….” (1)

El maestro Alberto C. Culebro, dice que aun cuando sin monumentos o datos ponderantes Huixtla es un pueblo antiguo de mediados de la era; quizá de los años 1100 o quizá de un poco más adelante, de acuerdo a los vestigios encontrados en los márgenes del río Huixtla. Este dato confirma que el pueblo maya Huiztlán era una comunidad aldeana. Que lejos de ser una ciudad, más bien era una comarca que se sujetaba en mayor o menor medida a las urbes administrativas y religiosas. En donde como dice García de León “la existencia de agrupaciones abigarradas de templos y edificios, fortalezas de sacerdotes, guerreros y comerciantes estaban a la deriva en un inmenso océano de aldeas mas o menos controladas para el pago de sus tributos… “ (2). Las huellas de piedra de estas urbes del primer milenio de nuestra era se pueden observar todavía en las regiones más fértiles, en el soconusco las ruinas de Izapa o padre piedra en la Frailesca.

 

2. DECADENCIA MAYA Y SURGIMIENTO AZTECA

El llamado “Antiguo Imperio Maya” estuvo cimentado por un modo de producción tributario “El grupo sacerdotal ejercía funciones religiosas, administrativas y de calendarización de los ciclos agrícolas del maíz, el fríjol, el cacao, etc… (…) … Esta formación social, desproporcionada y a fin de cuentas débil, desarrollo enormes progresos, antes de sufrir un grave desequilibrio que sería notorio desde 7 siglos antes de la llegada de los conquistadores Europeos” (3).

Alrededor del siglo décimo, la unidad estatal se resquebrajo en pequeños señoríos militarista de limitado alcance territorial. Mientras que su eje se desplazo desde el amplio corredor selvático, hacia el norte de la  península de Yucatán y hacia los altos valles de Chiapas y Guatemala. La clase dominante abandonada y en decadencia huyo de las urbes selváticas (Palenque, Yaxchilan, Bonampak, Izapa y otras)…” (4). Mientras las comunidades aldeanas al no producir el excedente tributario la vida en ellas se torno simple, auto conteniéndose en pequeños territorios y manteniendo una escasa división del trabajo. De tal manera que los templos de las grandes urbes fueron devorados por la selva.

En el Soconusco, las comunidades aldeanas se llevaron consigo el peso de la decadencia Maya y la impronta del militarismo Tolteca. Abriendo paso a la fuerza militar Azteca que erigió su poderío durante 30 años a partir de la invasión de Ahuizolt en 1486. Año en que se funda el pueblo de Huiztlán, quien continúo siendo una comunidad aldeana tributaria bajo el dominio Méxica.

 

3.- LA CONQUISTA Y LA SOCIEDAD COLONIAL

 

Entre 1524 y 1530 por la costa de Tonalá y el Soconusco (poblado del mismo nombre de la región) penetro la expedición dirigida y bien pertrechada  por el capitán Pedro de Alvarado, destinada a la conquista de los señoríos alteños de Tecpan Cuautemallan. Época en que la provincia del Soconusco ocupaba la zona costeña del actual Estado de Chiapas y una parte del actual República de Guatemala. Al momento de la conquista en 1524 la provincia Soconusquense llevaba 30 años bajo el poder Azteca. El pueblo de Huiztlán o Guistla llamado así por la diócesis ubicada en Huehuetán. Continuo siendo un pueblo tributario al instaurarse un sistema regional de cabeceras y parcialidades sujetas, sometida al tributo renovado y avalado en un primer momento por los mismos caciques indios “Señores Naturales” o Tequitatos (del náhuatl, Tequithto” jefe de trabajo”). Que servían de intermediarios entre la comunidad y la sociedad dominante. Representada por la corona real a través del Gobernador del Soconusco; el conquistador Pedro  de Alvarado. Más adelante por un regidor nombrado en 1531 por la audiencia de México. Hasta 1556 cuando la real cédula designo a la provincia del Soconusco bajo la jurisdicción de la audiencia de Guatemala.

 

Durante los primeros años de conquista y en particular bajo el dominio despótico del gobernador Pedro de Alvarado. Tanto el Soconusco como los lugares conquistados sufrieron los efectos de un sometimiento violento. Entre 1531 y 1535 los índices de despoblamiento fueron catastróficos para los pueblos indios, tanto por la violencia extrema que se ejercía como por la existencia de plagas, enfermedades y epidemias que azotaban a la población. Sin embargo y a pesar de ello de 1525 a 1570 los pueblos del Soconusco experimentaron cierta  prosperidad económica. Algunos pueblos como Huixtla adquirieron más adelante importancia por su producción. El Maestro Alberto C. Culebro, citando al Sr. Alfonso Ponce de León. Fraile comisario general de la orden seráfica dominico, procedente de Oaxaca a su paso por Huixtla en 1586 hacia Guatemala; se refirió a este Municipio como  “… importante con menos de 300 habitantes entre Españoles, Mestizos e Indios, que como todo el Soconusco es muy rica y prospera especialmente por el Cacao, Tabaco y Ganado” (5).

 

Así mismo, el Maestro Culebro hace mención que en el primer censo de población en 1611 Huixtla contaba con 300 habitantes y en el de 1685 se registraron 500 pobladores, entre Españoles, Mestizos e Indios en su mayoría. En ese tiempo Huixtla era un curato de Santo Domingo Escuintla, poblado que había adquirido cierta importancia desplazando a Huehuetán. Por el hecho que  para los españoles las estancias de ganado mayor de la planicie ubicadas en tierras Escuintlecas les era de más fácil acceso. De tal manera que al principio del Siglo XVII se pueden leer en el epistolario de una persona de origen Peruano de la orden Jesuita, en su paso hacia México;

 “La Gobernación del Soconusco, en la cual se coge el mejor Cacao que se gasta en la nueva España y las mejores vainillas con que se adereza; y achiote tiene de Tilapa a Ayutla 4 leguas a Chilatepec cuatro a Tapachula tres, a Huehuetán seis (…) esta entre dos grandes ríos y abundante de iguanas que las vi andar entre las casas del lugar. A Huixtla hay 4 leguas a Mazapetahua cuatro, a Escuintla 4 leguas a Mapastepec siete… a la estancia grande seis leguas; esta era antiguamente la mayor estancia de vacas que había en la Nueva España, daba cada año para México 10 mil reses, ahora de dos a tres mil” (Cita García de León, Utopía y Realidad).

 

En un principio la producción de Cacao fue el eje de la explotación tributaria que se realizaba a los pueblos del Soconusco. El Dr. Antonio García de León, destaca que “su producción conformo todo un modo de vida Novo –Hispánico alrededor del Chocolate y sus aderezos…” (6). Por lo consiguiente la baja producción repercutió tanto en la vida de los indios como en la de los españoles. A finales de los años 1600 las estancias ganaderas desbastaron miles de hectáreas sembradas de Cacao; y los pueblos tributarios entraron en una profunda contradicción” (7). Los indios tenían que pagar 18 pesos y seis reales, por cada carga de Cacao que no pudieran entregar. García de León, menciona que en 1774 según el obispo García de Bargas y Ribera, ya no había en el Soconusco mas que tres pueblos de indios lo suficientemente capaces de producir un tributo de Cacao.

Huixtla como otros pueblos tributarios vieron agobiada su población tanto por el tributo excesivo que se les exigía como por epidemias existentes en esa época.

 

“En el Soconusco, la cantidad en Cacao exigida a cada indio tributario entero es de 8 zontles (1 carga = 60 zontles). Aparte de Cacao, cada indio debía ½ almud de maíz para los soldados. Hasta 1737, se podía juntar este impuesto en natura o especie, al precio de 12 reales la fanega después tenía que pagarse en dinero” (Solórzano Fonseca, 1987) (8).

 

4. INDEPENDENCIA Y ANEXIÓN

El movimiento de Independencia encabezado por Morelos e Hidalgo, repercute en toda la República.  En 1821 las autoridades de Comitán declaran la Independencia de Chiapas de la Corona Real Española. La coyuntura política independentista proporcionaba los elementos para proclamar la Anexión hacia México en el mes de Septiembre de 1824. Chiapas proclama su Anexión definitiva, no así el Soconusco que se incorpora hasta 1842. Ambos hechos históricos se explican por la actitud asumida por las autoridades Españolas; decidía y abandono por una parte y por el poco interés de la oligarquía monopólica de Guatemala hacia la provincia de Chiapas. Lo cual promueve el desosiego de una sociedad criolla que había palpado la decadencia económica y social mucho antes de que los acontecimientos independentistas se cristalizaran. Ya en 1794 se empezaba a erigir la inquietud de los grupos de criollos y ladinos ilustrados que veían en forma alarmante el abandono y la injusticia de los emisarios de la corona hacia el pueblo indio. A la par también se encontraban “los ladinos” y criollos hacendados que con actitudes paternalistas tenían puestas sus esperanzas en la destrucción del orden colonial y con ello el fácil acceso al control de las tierras.

La región Soconusquense era fiel reflejo del abandono en que se encontraban las tierras conquistadas; despoblada y en ruina económica Cacaotera. El Soconusco ya no brindaba beneficio alguno al pujante poder criollo y ladino. El panorama desolador planteaba la posibilidad de establecer una nueva propuesta de reordenamiento económico, para dar respuesta a la actitud independentista que se gestaba y que preocupaba a las autoridades de esa época. Así tenemos que don Manuel Larrainzar delegado de la corona española, proponía la siembra de nuevos cultivos. Los cuales atraerían nuevos capitales y proporcionarían trabajos a la región Soconusquense, que prácticamente estaba semi despoblada. Sus pueblos de indios tributarios que contaban con más de 60 pasaron a ser solo una docena.

En 1821 Huixtla contaba con 586 habitantes entre Criollos, Mestizos y una cantidad inferior de indios, lo cual explica  que la situación productiva y de explotación en la producción mermara en tanto la escasez de fuerza de trabajo indígena para procurar el excedente tributario. Como muchos pueblos, Huixtla acarreo su decadencia económica hasta 1858 cuando paso a depender de Tuzantán. Poblado de suma importancia religiosa para los españoles. Pasaron 32 años para que recuperara el status de pueblo y Cabecera de Municipio exactamente en 1890. Según Karl Helbig investigador Alemán que anduvo por estas tierras, dice que después de la declaración de Independencia. Huixtla creció más rápido pero en 1853 a causa de que se incendió por completo hubo un largo retroceso en su desarrollo.

En fin. Los acontecimientos de Independencia y Anexión se inscriben dentro de la macro historia Nacional y Estatal que dieron textura y forma al desarrollo de los pueblos de la región del Soconusco. Y más exactamente del caso nos ocupa que es Huixtla.

 

5.- LA REVOLUCIÓN DE 1910

 

En los albores del siglo Veinte, Huixtla era un lugar donde aun las calles no se trazaban. El centro del pueblo estaba compuesto por una veintena de casas de adobe, teja y manaca, así como de pequeños caminos y veredas que comunicaban a las viviendas. En 1901 la población era de casi 1300 habitantes y la alcaldía municipal era un encargo que se encomendaba a los primeros fundadores del pueblo; don José María Paz se mantuvo como alcalde algunos meses dejándole al puesto al señor José Domingo Paz este a su vez a don Ramón Tovilla. En el siguiente año en 1902 la alcaldía la ocupa el señor Estanislao Martínez y en 1903 los hermanos Lorenzo y Manuel Paz. En el periodo que va de 1904 a 1906 se inicia el trazo de las primeras calles del centro del pueblo y por primera vez se mantiene por tres años como alcalde municipal el señor José María Noriega. Aunque por unos meses en el último año nuevamente don Ramón Tovilla, en los siguientes años de 1907 a 1910 el mando del gobierno municipal transcurrió bajo periodos anuales a cargo de personas inmiscuidas en la organización del pueblo. Así los señores Paz, el señor Paulino Estrada, don Emilio Coutiño y en el momento de la acción revolucionaria la alcaldía municipal estaba a cargo de don Daniel Soto.

El 20 de Noviembre de 1910, Francisco I. Madero convoca a la lucha armada con el fin de derrocar a la dictadura del general Porfirio Díaz. Estos mismos aires revolucionarios llegaban a Chiapas y como consecuencia de la caída del general Díaz el Gobernador porfirista Ramón Barraza renunciaba al cargo. La designación del sucesor interino enfrento a Tuxtlecos y Sancristobalences; una lucha de candidatos tras el poder tratando de proteger los intereses económicos de la oligarquía central. Las elecciones de 1911 con el triunfo de Madero no garantizó la estabilidad política ni la paz social. La traición del General Victoriano Huerta quien mando asesinar a Madero, para  usurpar el poder presidencial. Trajo como consecuencia la organización de grupos armados en varios Estados de la república para luchar en su contra. Villistas, Zapatistas y Carrancistas apoyados por antiguos jefes Maderistas se abalanzaron a combatirlo. Por su parte en Chiapas postulado a través de la gente del Gobierno de Huerta, el General Bernardo Palafox encontró rápidamente oposición por parte de grupos guerrilleros en varias regiones del Estado. En esta efervescencia Revolucionaria en los municipios de Chiapas se empezaron a gestar movimientos pequeños. Que se relacionaban tanto por oposición al régimen de Huerta como por la posesión de la tierra. Como parte de esta inquietud social, en Huixtla surge el descontento entre los pobladores de la cabecera Municipal, Porque los inmigrantes atraídos por la prospera economía que se vivía y que se reflejaba en el comercio gracias a la vía de comunicación ferroviaria, decidieron acaparar la mayor parte de la superficie de terrenos que no estaban poblados y que eran aptos para la construcción de viviendas y la actividad agropecuaria. El Maestro Alberto C. Culebro en el folleto “Monografía tradicional de la ciudad de Huixtla” nos dice que “trataron de ser dueños de las tierras circundantes y no pensaron en las necesidades del pueblo; los cuatro rumbos del poblado fueron delimitados por quienes se constituyeron como terratenientes” (9) de tal manera que la superficie de Huixtla fueron repartidas entre 5 o 6 familias avecindadas, de ahí como nos sigue diciendo el Maestro Culebro “… Los señores Molano tomaron los terrenos del norte asociados con la firma Kumagay: los del sur pasaron en poder de los señores Paz venidos de Huehuetán: y los del oriente quedaron en poder de la firma Soto y los ponientes en poder de la familia Bejarano y otros pequeños propietarios, el pueblo quedo entre las calles Guerrero al norte y Allende al sur y entre la avenida Galeana al poniente y González Ortega al oriente”(10), la posesión casi feudal de la tierra trajo consigo la sublevación de los primeros; familias pobres que sufrían el destierro forzado de la zona poblada en los terrenos que fueron delimitados como privados. Tal situación incomoda les obligaba a refugiarse en el campo o en poblados cercanos a la cabecera Municipal. 1913 se manifestaron violentamente. De acuerdo al molde revolucionario se puede decir que fueron “pobres contra ricos terratenientes” pequeño movimiento social encabezado por Melquíades Marroquín, Catarino Martínez y Chilo Hernández, personas identificadas con los ideales del Maderismo. Según el Maestro Culebro fue solo un asalto donde perdiera la vida don Jesús Tovilla y “10 defensores del pueblo”. Esta situación de inconformidad finalmente fue resuelta durante el Gobierno de Carranza “…Se consolido la desamortización y se fraccionaron terrenos; el pueblo principio entonces a recobrar su antigua categoría y se fueron trazando nuevas calles, ampliando otras, poblando aquellas y la zona de la estación se urbanizo aceleradamente…” (11). En los albores del siglo veinte en 1901, el pueblo de Huixtla contaba con casi mil quinientos habitantes la presidencia municipal en ese mismo año fue ocupada por los fundadores del pueblo: don Juan María Paz que al poco tiempo deja en el cargo don José Domingo Paz y a su vez esta a don Ramón Tovilla, en 1902 don Estalisnao Martínez ocupa el cargo, en 1903 los hermanos Lorenzo y Manuel Paz se ocupan de la alcaldía.

La oposición armada en contra del General Victoriano Huerta y del Gobernador Bernardo Palafox rinde sus frutos. En 1914 son derrotados y obligados a dejar el poder con lo cual se abre paso un Carrancismo en ascenso. En Chiapas representado por el General Jesús Agustín Castro jefe militar Carrancista que es enviado desde del centro del País. Instalado en el poder el general Carranza convoca a los jefes militares a la convención revolucionaria, El resultado de esta es la división del grupo Revolucionario; Por una parte el bando Constitucionalista encabezado por el mismo Carranza, Obregón y Elías Calles y por la otra el bando de los Convencionalistas liderados por Francisco Villa, Emiliano Zapata y Eulalio González. Mientras en el Estado el Coronel Tiburcio Fernández Ruiz y su grupo armado llamado Mapaches, identificados con los convencionalistas se enfrentaron al Gobernador Agustín Castro y al grupo constitucionalista. En la región del Soconusco en 1915 en el municipio de Mazatán un grupo mapachista se enfrentó al ejército del Gobierno. Siendo derrotados los primeros se retiraron hacia Huixtla para unirse al grupo principal acantonados en esta población con el fin de cortar la vía férrea para incomunicar a la Ciudad de Tapachula con el resto del Estado y del País. Como respuesta el ejército constitucionalista ataco al grupo mapachista en las inmediaciones de Huixtla siendo derrotado los segundos. Tras este acontecimiento los dueños de las Fincas Ganaderas quienes mantenían contacto con la convención y que catalizaban el descontento de propietarios y comerciantes Tapachultecos, golpeados por constantes robos de ganado así como por las exacciones fiscales, decidieron “levantarse en armas”. Así, el rico hacendado Don Ángel María Pérez armó a 50 hombres entre parientes y subalternos entre los que destacaban Emiliano Escobar y Julio C. Farias, con los cuales se mantuvo algunos meses amenazando la línea de ferrocarril; atacando a trenes y estaciones. Ante estas acciones; Carrancistas y Gobierno empezaron a proteger la mercancía que era trasladada por vía férrea. Principalmente la producción de café que se enviaba a la ciudad de México, al Puerto de Salina Cruz y Coatzacoalcos para trasladarlo a países Europeos y a Estados Unidos de Norteamérica. Como observadores y sin inmiscuirse directamente en estas acciones los plantadores extranjeros dueños de fincas aprobaban dichas medidas del Gobernador y de su grupo armado a favor de sus intereses. Es pues  que en ese año de 1915 ante el ataque de la Estación de Ferrocarril Don Ángel María Pérez fue capturado con sus dos oficiales y fusilados en ese mismo acto.

En los año siguientes de 1915, solo quedaron las escaramuzas de grupos armados que deambulaban en la Región. Hechos bastantes aislados en la vida de los pobladores por lo cual a mediados de 1918 estas acciones se dejaron de ver. De tal suerte los pueblos del Soconusco iniciaron a vivir en “Bonanza” económica ante las nuevas inversiones de plantaciones de Café y Caucho. En Huixtla las escasas acciones armadas no interrumpieron las designaciones para Presidente Municipal. En tanto que ligado al Gobierno del Estado y lógicamente bajo los preceptos Constitucionalistas (Carrancistas que a la postre habían triunfado). Surgieron personas que ocuparon la administración Municipal por periodos cortos de tiempo tanto por el clima de inestabilidad política y social que se vivía como por disposiciones civiles y éticas de los ciudadanos. Por lo tanto el Señor Emilio Coutiño estuvo en 1915 en el cargo, en 1916 la Presidencia estuvo a cargo de los Señores Laureano Esteban y Manuel Marroquín, en 1917 don Teofilo Mejía, en 1918 el Sr. Enrique robles y en 1919 la Presidencia Municipal la ocupó don Lorenzo Paz.

El Compromiso de Venustiano Carranza para convocar a elecciones en 1920 le obligó a buscar acuerdos de Paz con los grupos opositores a su Gobierno. En Chiapas como en otros Estados de República los movimientos políticos de Carranza no prosperaban del todo. En varios lugares del Estado Chiapaneco merodeaban varios grupos armados bajo la bandera Carrancista y Obregonista. El mas importante era el de los Mapaches que operaban en la región de los valles centrales tratando que el Obregonismo ascendiera al poder. De ahí que en Huixtla el 6 de Mayo veinticuatro días antes de convocar a elecciones por el entonces alcalde Municipal Enoch Cano, un grupo de Carrancistas son derrotados por los seguidores Obregonistas, al tratar de tomar la plaza del pueblo. Esta acción evidenciaba la inconformidad por seguir sosteniendo al régimen estatal de corte Carrancista.

Las manifestaciones en contra de Carranza finalmente rinden sus frutos. En 1920 deja el poder y el 3 de Octubre se postula como Presidente de la República el General Álvaro Obregón y como Gobernador del Estado por el período de 1920 a 1924 el Sr. Tiburcio Fernández Ruiz. Otrora jefe político del grupo armado de los Mapaches. Ambos nombramientos; el Federal y Estatal auguraba paz y tranquilidad social.  Augurio palpable en los  dos primeros años en varias regiones de Chiapas. Sin embargo en el Soconusco la Organización Obrera despuntaba para la formación Sindical en defensa de sus intereses y en las tradicionales regiones del poder: los Altos, Centro y Frailesca se iniciaba a generar inconformidad social junto con la obsesiva lucha por el poder. De tal manera que al interior del grupo de los Mapaches se generaba la división. Contando con la oposición de viejos grupos de poder, así como con las  clases sociales menos favorecidas  en contra de la imposición del Gobierno Estatal en la designación de alcaldías Municipales. Puntos en contra que obligaron a Fernández Ruiz a renunciar al cargo mas tarde.

La vida política y social en los pueblos del Soconusco distaba mucho de lo que sucedía en Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal y Comitán. En la que la lucha por el poder político de terratenientes y pequeños propietarios de las regiones de los valles centrales y altos representaba tener el control a través del Ejecutivo Estatal, Apoyados por la línea política del centro del país. Al margen un tanto de estas contradicciones, Huixtla como muchos pueblos de la región Soconusquense iniciaban a crear y a construir obras materiales como respuesta a las necesidades de una población que se incrementaba. En 1923 siendo presidente el Señor Estaban Molano, se adquirió el terreno donde se construyó el salón de baile “Casino de Huixtla”. Eran tiempos de “prosperidad” económica gracias a la alta producción agrícola del cultivo de café en la zona serrana del municipio y a la variedad de cultivos tropicales en la zona baja. En ese contexto en la cabecera municipal se fueron edificando un mayor número de viviendas. Así, en 1924 Huixtla contaba con 4500 habitantes lo cual representaba una urgente necesidad de servicios públicos de luz eléctrica y agua. Demandas que ni el gobierno municipal ni el estatal satisfacía. En ese contexto a través de la iniciativa privada de personas avecindadas en la cabecera municipal con solvencia económica y espíritu de colaboración se llevaron a cabo las tareas que la autoridad no realizaba. La instalación de una planta eléctrica en los límites del pueblo solventaba en parte la penumbra en que vivían los pobladores. Corría el año de 1926 y con auspicio de don Alberto Sieber junto con don Manuel Armendáriz hacían posible que una parte de la población gozara de este servicio. Por su parte doña Anita Tovilla impartía clases en su humilde casa al carecer de escuelas dentro del municipio. Más tarde sería la maestra Luz López Solórzano que fundaba una institución educativa en su casa frente al parque llamada “Benito Juárez”. Dentro del marco de carencias sociales que se generaba a partir del incremento de la población el presidente municipal don Manuel Tiburcio Paz, iniciaba la construcción en 1927 de la primera construcción que albergaría la alcaldía del municipio.

En 1929, tras la renuncia de Fernández Ruiz y la entrada al poder de un interino la situación se tornó un tanto caótica hasta cierto punto anárquica en todas las instancias del poder.  También se reflejaba en varios ayuntamientos como fue el de Huixtla.  En  ese marasmo de situaciones, el alcalde don Emigdio Cosió junto con sus regidores tomaron los fondos públicos como suyos, por lo cual la población exigió que se les investigará; comprobándoseles actos de corrupción bajo el cargo de “malversación de fondos”, depuesto como presidente, el alcalde Cosió se inconformó solicitando apoyo del gobernador interino el cual estuvo a punto de otorgarle “el perdón” y seguir sosteniéndolo en el cargo “…sólo que entonces se reveló la policía en su contra, haciéndolo salir con engaños por la noche y disparándole a quema ropa en momentos de abrir la puerta de su casa…” (Mario García Soto –Soconusco en la Historia – México 1964)

En 1930 la población se había duplicado a escasos 6 años, habían 8500 huixtlecos distribuidos en 5300 habitantes en el área urbana y 3200 en el medio rural. Tras el incremento de la población estaba también la producción cafetalera, cacaotera, tabacalera y bananera. Como ejemplo de este último era el cultivo por todos los espacios vacíos de la vía férrea del plátano roatán, este “despunte” productivo en el medio rural se reflejaba en la cabecera municipal. En 1931 por decreto del gobernador Raymundo Enríquez,  Huixtla es elevada a la categoría de ciudad y a casi 6 años, a principio de 1932 siendo alcalde don Abigail Loranca se termina la construcción de la presidencia municipal.

 

6.- EL CARDENISMO

 

El General Lázaro Cárdenas asume el cargo de presidente de la república en 1934 cuando en el escenario nacional convergían grupos de obreros y campesinos inconformes con la política desplegada por el maximato presidencial de Plutarco Elías Calles. Aunado a la presencia de la izquierda comunista que poco a poco ganaba espacio entre grupos golpeados por la administración Callista, por lo tanto el panorama político para la administración Cardenista se observaba difícil.

En el plano de la realidad Chiapaneca, el despotismo represivo del Coronel Victórico Grajales hacia el sector obrero y campesino no coincidía con la línea política de la administración del General Cárdenas, representando un serio problema para su gobierno. Ante esta situación pretendía romper con la política Callista y por ende con su mejor aliado; el coronel Grajales y con ello recomponer el tejido social debilitado por una política represiva hacia izquierdistas, laboristas, sindicalistas, minorías étnicas, y católicos que se oponían a la rectoría despótica del Estado. En este escenario de confrontación entre el Gobierno Federal y Estatal, se producen fuertes inconformidades de finqueros y grandes terratenientes que tienen bastante claro que los espacios de maniobra política, en pos de conservar y proteger sus intereses e inmensas superficies de tierras se les dificultaba. A través del Gobernador Grajales que maniobraba para enrarecer la política agraria de Cárdenas oponiéndose a la orden de un proceso amplio de reparto de tierras así como ejerciendo la violencia represiva a través de asesinatos y desalojos violentos. El Doctor García de León, citando el Archivo General de la Nación nos dice que “los militares de Huixtla, dirigidos por el plantador Juan Polhens, quemaron el ejido Nueva Tenochtitlán que reclamaba tierras de la finca Lubeka…” (12). En esta dinámica. La herencia de Calles hacia Cárdenas y depositada en el gobernador estatal Grajales, daba para que este último siguiera acatando la política Callista con actitudes poco plurales y tolerantes que confrontaba con grupos e instituciones tradicionales como era la Iglesia Católica. Actuando bajo  los preceptos de Calles de cerrar los templos y quemar los santos. De tal manera que en Huixtla siendo presidente el Sr. Fernando Cruz ordena la quema de santos, “…precisamente el 20 de Noviembre que se celebra la Revolución Mexicana, cuando el Ayuntamiento de don Nando, daba a conocer que el presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos el patriota General de la División Lázaro Cárdenas del Río, nuestro pueblo sabía que ese día el ayuntamiento procedería a quemar los santos, se amotina y se provoca el zafarrancho ente el pueblo y los miembros del ayuntamiento, empleados y amigos de estos, quienes llenos de pánico se refugian en el palacio municipal (…)

“….El pueblo de Huixtla señala aquel Ayuntamiento y a todas las personas que lo componen como “Quema Santos” (13)

La confrontación política configuraba un abismo sin puente de solución que llevara a conciliar el desarrollo social y económico de Chiapas. Es en 1936 finalmente tras una maniobra política. El gobierno federal destituye como Gobernador al General Victorico Grajales, sucediéndole en el cargo el Ing. Efraín A. Gutiérrez, postulado por los Cardenistas. En esta situación la política agraria del Ejecutivo Federal inicia a caminar a partir de la dotación de tierras de buena calidad “…Aproximadamente la mitad de esas tierras eran aptas para la agricultura, de riego y temporal, que beneficio a los campesinos con un promedio de 4.48 has” (14)

A la par con la inconformidad de finqueros y terratenientes de la zona sierra y de la parte baja del municipio ante las acciones del gobierno de quitarles parte de sus grandes extensiones de tierras. La cabecera municipal alojaba casi 6000 habitantes y ante ello se introducía el servicio de agua entubada a través de la concesión obtenida por el banco de crédito urbano y obras públicas. Los establecimientos casi improvisados que les servía a los comerciantes para vender en el mercado fueron derribados y se construía una estructura más formal. La estación ferroviaria y sus bodegas se construían con los recursos provenientes del gobierno federal. Se funda la Escuela Primaria “Manuel Rea” en un solar del profesor Francisco Gordillo León fundador de la misma, tiempo después en 1939 la profesora Luz López Solórzano con apoyo del gobernador Rafael Pascasio Gamboa se construye el edificio que en los noventas fue derribado para construir el actual. En fin, la vida del pueblo se desarrollaba entre el auge comercial de sus principales establecimientos comerciales sobre la Avenida Central como eran las casas comerciales del Sr. Ricardo Arima, Víctor Kumagay y del Sr. Manuel Juan.

7.- CRECIMIENTO URBANO 1940-1950

Presionado por políticos y terratenientes del viejo cuño Callista que sintieron afectados sus intereses, obligaron al Ing. Efraín A. Gutiérrez a renunciar al cargo de gobernador. Sucediéndole el Dr. Rafael Pascasio Gamboa por un periodo de 4 años, en tanto a nivel nacional asume la presidencia de la república el General Manuel Avila  Camacho y con el se frena en gran medida el reparto de tierras que se venían dando. Sin embargo por la coyuntura social y económica de la segunda guerra mundial y la caída de los precios del café, fueron incautadas varias fincas propiedad de alemanes. Para 1942 las fincas confiscadas sumaban 67 pasando hacer administradas por los famosos Fideicomisos; estructuras administrativas del gobierno federal para hacerse cargo de estas y que en el periodo presidencial de 1946 a 1953 de Miguel Alemán Valdez fueron devueltas a los alemanes. Entre las acciones de su gestión tuvo mucha importancia a la construcción de obras públicas abanderando las edificaciones de beneficencia social. Con este mismo criterio de desarrollo en Chiapas tanto Rafael Pascasio Gamboa, Juan Esponda y hasta 1948 cuando asume la gobernatura el general Francisco J. Grajales, promovieron la realización de edificios públicos y gestionaron actividades de beneficencia social. Por su parte el pueblo de Huixtla había crecido en población. El censo de 1940 contabilizaba 10,793 habitantes los cuales se distribuían en 5,468 hombres y 5,325 mujeres. En el plano económico el auge comercial y productivo del café y del plátano convertían a la cabecera municipal en un lugar de procesamiento (beneficio), bodegaje y envío (embarque). Alentado el arribo de productores y compradores que buscaban los servicios de hospedaje y alimentación así como lugares de compras, salud y diversión.

Para 1950, la población de Huixtla era de 14,102 habitantes, concentrándose el 72% en la cabecera Municipal y el 28.5% en el medio rural. La concentración en las cabeceras municipales o ciudades correspondían por una parte a la dinámica histórica de crecimiento y desarrollo de los pueblos, pero por la otra a una política nacional de desestímulo al medio rural (escaso apoyo a la producción agrícola, principalmente de granos básicos). Transformando al México rural en un México urbano, en la cual la industria manufacturera y la importancia de los servicios cumplían un modelo aplicado para desarrollar al país. En estas circunstancias Huixtla no ajeno a ello y presionado por una mayor cantidad de población iniciaba y consolidaba la construcción de obras urbanas; la introducción de drenajes, alumbrado público, empedrados y pavimentación de calles en el primer cuadro de la ciudad y la construcción de centros educativos; las Escuelas Primarias Huixtla y Cuáuhtemoc y la Secundaria Benemérito de las Américas alojada en una construcción de piedra que en los años cuarenta había servido de cárcel municipal. Junto con ello el Ayuntamiento daba facilidades para el establecimiento de refresquerías, pequeños comedores y cantinas. Con esta inercia de crecimiento los alcaldes municipales de limitados alcances presupuéstales y de mandato (de 1940 a 1950 la gestión administrativa del municipio estuvo a cargo de 6 presidentes) solo les alcanzaba para dar el apoyo incondicional dando permisos a pudientes ciudadanos que querían establecer negocios de diferente índole. Por lo tanto la realización de obras y programas sociales prioritarios para el municipio eran imposibles en tanto la escasa captación de recursos fiscales municipales como el nulo apoyo del gobierno estatal que se desarrollaba en interinatos.

8.- HUIXTLA CONTEMPORÁNEO

 

Según el censo de 1960, Huixtla tenía 19,900 habitantes, concentrándose en la cabecera municipal 12,300 pobladores. Transformándose en uno de los centros urbanos de mayor importancia en la región, en tanto la riqueza productiva generada y el impulso del desarrollo de las ciudades bajo la base de una agricultura comercial orientada al mercado nacional e internacional, de acuerdo a la importancia de la producción agrícola que se captaba en la cabecera municipal como centro receptor y de envío de café, plátano, cacao y frutales a través de dos vías comunicantes al exterior del estado; la vía férrea a través del ferrocarril y por la vía terrestre asfaltada llamada carretera costera del pacífico que partía de Arriaga a Tapachula. Obra iniciada en 1961 y concluida en 1964. Estas dos vías de comunicación proporcionaba a Huixtla una posición estratégica,  mejor con respecto a los demás municipios que seguían vegetando en torno al centro político y económico que se había convertido Tapachula.

 

A la par con el “desarrollo urbano” el espacio geográfico rural crecía. A finales de los años sesentas, según el censo agrícola y ganadero de Chiapas, el municipio contaba con 103 localidades, 80 ranchos, 4 ejidos, 11 rancherías, una finca, una congregación y 6 localidades no definidas. Así mismo el 10.60% de la población económicamente activa el 4.97 se dedicaba a labores agropecuarias.

Los sesentas refleja un mayor dinamismo urbano. Para ese entonces el pueblo de Huixtla contaba con 7 instituciones educativas de primaria y una secundaria, así como los servicios médicos del hospital civil y a finales de la década la señal televisiva entraba en algunos hogares huixtlecos haciéndole competencia a la señal radiofónica de dos emisoras radiales.

En 1970, bajo una dinámica de crecimiento comercial y de servicios mas que de un proceso de industrialización, Huixtla incrementaba su población a 26,304 habitantes (censo de población de 1970) y la cabecera municipal se consolidaba junto a Tapachula como un centro rector de la comercialización agropecuaria ya que no debemos olvidar que de 1940 a 1970

 “….el campo y sus habitantes financiaron el desarrollo urbano, industrial y de servicios…” (15) en el país. Desde esta perspectiva con un desordenado y lento proceso de urbanización la Ciudad de Huixtla ensanchaba la mancha urbana a través de una población rural migratoria hacia las orillas del río Huixtla que atraviesa la zona urbana y afluente de agua más importante de la región soconusco que iniciaba hacer contaminado.

En este dinámico proceso urbano el incremento de población representaba problemas de vivienda y de servicios públicos. Datos del IX censo de población se estima que en los sesentas existían 5,025 viviendas alojando a 26,304 habitantes representando un déficit del 39%. De esta cantidad 1967 casas contaban con drenaje beneficiando a 9,880 ocupantes, 3,058 no contaban con drenajes beneficiando a 9,880 ocupantes, 3,059 no contaban con drenaje y alojaban 16,424 ocupantes A la par el crecimiento del sector comercial y de servicios propiciaba mayores necesidades ante un mayor flujo migratorio temporal o definitivo de mano de obra rural a la cabecera municipal, ya estableciéndose como comerciantes o como empleados de servicios en negocios establecidos. Reflejándose en las estadísticas el crecimiento de las actividades terciarias. Así, del 46.50 de la población económicamente activa el 15.34% correspondía al sector servicio y comercio. En este contexto las administraciones municipales seguían quedando rezagadas para dar respuesta a las necesidades que habían surgido con el desarrollo urbano, al no contar con programas de trabajo que impulsará un proceso mejor planeado. En cierta medida el trabajo del trienio 1968 a 1970 siendo alcalde el Lic. Manuel Esquinca Santibáñez se gestionaron la construcción de obras importantes que sirvieron para consolidar el trabajo del trienio 1971-1973, con el señor Jaime Fernández Armendáriz como presidente municipal. En el cual se observa una administración con mayor fuerza política y económica. Realizando un mayor numero de obras de infraestructura que en el pasado nunca se habían realizado. Algunas de estas fueron; la construcción del actual edificio del mercado “Miguel Hidalgo”, la fundación de la actual preparatoria “Alberto C. Culebro”, construcción y remodelación de calles y jardines públicos, reconociéndose que mas que un trabajo planeado y consensuado fue impulsado por un ímpetu personal por hacer lo que nadie hasta ese entonces había realizado, el trabajo de este trienio se engrandece aun más cuando las siguientes dos administraciones se desenvuelven en la mediocridad y en la corrupción del trienio 1977 a 1979.

El modelo aplicado desde 1950 a nivel nacional a través del desarrollo de la agricultura comercial destinada al mercado nacional e internacional para el desarrollo de las ciudades, tiene cierta respuesta en el crecimiento urbano de la cabecera municipal de Huixtla aunado con el incremento de la población a finales de los años sesentas y principios de los ochentas como resultado del establecimiento de agroindustrias paraestatales  y privadas; el Ingenio Azucarero Belisario Domínguez, Tabamex y una cantidad de Beneficios y Bodegas de café. La afluencia cada vez mayor de personas que eran contratadas como mano de obra de otros Estados de la república principalmente de Veracruz, Guerrero, Nayarít y Oaxaca. Así mismo el arribo de braceros guatemaltecos y salvadoreños conformaban el entorno social de Huixtla tanto en el medio urbano como rural.

Junto con el proyecto Huixtla que arranca a principio de los ochentas en el que se contempla la creación de infraestructura para el desarrollo agrícola y que comprende los municipios de Mazatán, Tuzantán y Villa Comaltitlán. Se establece como se decía el ingenio azucarero con una capacidad de molienda de 6,000 toneladas diarias que se abastecerá de la producción que estos 4 municipios realicen. Sin embargo Huixtla será uno de los municipios que participara con una mayor cantidad de hectáreas  y por consiguiente con mayor cantidad de toneladas de caña. Con este auge cañero el paisaje urbano y social se empieza a modificar: se funda la colonia obrera y se derriban miles de hectáreas de cacao así como árboles de diferentes especies tanto frutales como maderables para abrir los espacios agrícolas al cultivo de caña. Se realiza el asfaltado de la carretera Huixtla –Ingenio azucarero “Belisario Domínguez”, lo cual permitirá que las comunidades y ejidos de la zona baja tengan mayor contacto con la cabecera municipal.

En contraparte con las perspectivas de desarrollo que representaba el ingenio azucarero. Las administraciones municipales de los ochentas no se fundían con estas expectativas. Después de que los últimas administraciones de los sesentas dejaron al municipio en desgracia sucede un hecho inesperado en la vida política de los huixtlecos. El candidato del Partido Acción Nacional triunfa dentro de una coyuntura política y social manejada desde la capital del estado por el gobernador Juan Sabines y por el Partido Revolucionario Institucional. Tres años de gestión del Presidente Municipal del Partido Acción Nacional el Ingeniero Homero López Lena fue suficiente para que el pueblo se diera cuenta de que no había sido el mejor hombre de ese partido para manejar el destino de los huixtlecos. Entre la corrupción y la anarquía en todos los niveles de su gobierno finalizó su gestión con más pena que gloria. Después de este hecho importante en la vida de Huixtla el PRI vuelve a retomar el poder par seguir con las mismas prácticas entre las que destacan la corrupción, la desorganización, el nepotismo y el modo simplista de gobernar. La década de los ochentas representó para Huixtla un retroceso en la gestión administrativa afectando su crecimiento.

 

10.- TRECE AÑOS DESPUES GESTION PANISTA

 

Por decreto del Honorable Congreso del Estado y por única vez con el propósito de que coincidieran en la terminación del periodo legislativo y municipal y se realizaran las elecciones de manera conjunta se establecieron 4 años  para las actividades administrativas municipales. Por lo que el periodo como Presidente Municipal del Medico Raymundo Toledo fue de 1992 a 1995. La oportunidad de gobernar que el PAN había buscado afanosamente, se cristalizaba en este cuatrienio en el que se capitalizo la gestión realizaba por el trienio priista anterior como fue la introducción de drenaje, pavimentación de calles y la construcción de la unidad deportiva aunada a una  ardua labor de gestoría ante las dependencias de gobierno federal y estatal para atraer proyectos sociales y productivos. En ese mismo sentido  se dio impulso a la obra pública en el medio rural; apertura de caminos, empedrados, electrificación e introducción de agua potable, a la par se mejoraron los servicios de salud y educación. De tal manera que el trabajo de Raymundo Toledo en comparación con los anteriores trienios era bastante aceptable para dejar en buena posición como candidato a cualquiera que quisiera contender por el PAN.

La contienda electoral de 1995 representaba para Acción Nacional una nueva oportunidad para refrendar el triunfo. En ese sentido bajo un proceso interno de elección se designó al Médico Jorge Paz Medina uno de sus principales militantes para contender contra un candidato del tricolor desgastado por las pugnas internas que seguían prevaleciendo entre dirigentes, lideres y militantes. Aun con la efervescencia de la ciudadanía que había que refrendado su aceptación por el trabajo del cuatrienio, Paz Medina se alzo con el triunfo que a la postre lo convirtió en presidente municipal par el trienio 1996-1998. Rodeado por un equipo de trabajo en el que sobresalían “nuevos” militantes panistas. La gestión en este trienio se caracterizó por el nulo liderazgo del alcalde municipal y de tal manera el mando fue cedido a otros y como resultado el fracaso en la gestión administrativa. Permeado por fuertes actos de corrupción entre sus principales colaboradores que al final del trienio se convertían en los nuevos ricos del pueblo.

A finales de 1998 la región del Soconusco sufrió los fuertes estragos de las lluvias por casi 4 días seguidos. El día 8 de Septiembre después de 48 horas de pertinaz lluvia el río Huixtla se desbordó por la madrugada. Azolvado en varias partes de su recorrido e invadido por asentamiento humanos irregulares busco los causes naturales que antes tenía. El estruendo en la oscuridad de la madrugada suponía corrientes embravecidas que rompían con el cauce taponado, el puente de ferrocarril y la calle Nicolás Bravo fueron destruidos. Las aguas embravecidas arrastraron viviendas mal hechas, animales, seres humanos, piedra, lodo, árboles y todo lo que estaba a su paso. La zona agrícola quedo desbastada. Otra parte de Chiapas era conocida en el mundo por hechos trágicos y ante el vacío del poder que se vivía, funcionarios de la administración municipal y el candidato del PAN a la alcaldía aprovechaban para realizar proselitismo entre los damnificados.

El balance hasta ese momento de la gestión municipal por parte de Acción Nacional después de 10 años se configuraba de aciertos y errores matizados con actos de corrupción, que en términos de propuesta partidista aun posibilitaba a la población crear expectativas en las elecciones del 2001, pero que dificultaba a muchos tener certeza del avance obtenido de desarrollo urbano y rural del municipio.

Los acontecimientos de Septiembre obligó a los partidos políticos y a la Comisión Estatal Electoral a realizar los comicios hasta después del 6 de Octubre. Exactamente en el mes de Diciembre.

 

Con un candidato recién llegado a las filas blanquiazules cuestionado por su militancia partidista en las elecciones internas y de paso derrotando a un contendiente de la vieja guardia panista. El PAN daba su apoyo al C. P. Carlos Martínez Martínez, para contender en las elecciones de Diciembre de 1998 con miras a preservar el poder Ante el candidato del Revolucionario Institucional que dicho sea de paso tenia en ese momento un bono político ganado meses antes como diputado local pero que no le favorecía su estigma de familia caciquil.

El triunfo de Carlos Martínez, trajo consigo mismo una nueva etapa del panismo en el que arribaban nuevas caras a la administración pública municipal disociada de la estructura  partidista. De tal manera que como equipo en el ayuntamiento el alcalde, amigos y allegados creaban molestia entre algunos del viejo cuño panista. La experiencia de tres años era; una administración municipal que a un año y meses aun no respondía a las expectativas que la población esperaba. Quizá por esa falta de experiencia que se da en cada inicio de gestión o quizá por los problemas heredados de su antecesor y a la carga de trabajo que tenía en frente, como era el de dotar de servicios a los nuevos asentamientos humanos que antes se habían ubicado a las orillas del río Huixtla y que se convertían en colonias periféricas como Torrecillas, Cañaveral, 8 de Septiembre y 2 de Octubre junto con las que se habían formado al vapor del ensanchamiento urbano. A mediados de 1999 en adelante se iniciaron a realizar obras algunas funcionales y otras ineficaces.

Invertir en rubros sociales y educativos de forma y no de fondo, en el rubro de salud se promovieron varios aspectos con avances significativos, se gestionaron obras y proyectos importantes para el municipio y evidentemente donde no se invirtió fue en el campo agropecuario, la gestión de este trienio algo así como una copia del programa de trabajo del edil panista que en ese momento estaba en gestión en la capital del estado, tenía características de empresa privada. En contraparte la administración municipal volvía a crear nuevos ricos a través de los recursos públicos, este Ayuntamiento terminaba de manera controversial ante la población; por una parte la gestión administrativa la calificaban como buena pero injusta y desleal ante sectores sociales y partidistas.

El balance hasta ese momento de la gestión municipal por parte de Acción Nacional después de 10 años se configuraba de aciertos y errores matizados con actos de corrupción, que en términos de propuesta partidista aun posibilitaba a la población crear expectativas en las elecciones del 2001, pero que dificultaba a muchos tener certeza del avance obtenido de desarrollo urbano y rural del municipio.

Para las elecciones del 2001, Acción Nacional realizó de nueva cuenta un proceso de selección, esta vez solo votaron los miembros activos del partido, eligiendo al Profesor Ignacio Marqués Flores “viejo” militante que en segunda ocasión  buscaba hacer realidad su “sueño” de ser presidente. Entre vericuetos de maniobras internas logra su postulación para contender contra los candidatos del PT y del PRI. El primero un partido político recién hecho para la contienda y el segundo moralmente resquebrajado arrastrando vicios añejos de imposición. El buen desempeño del trienio de Carlos Martínez, el trabajo y la presencia como maestro en la zona rural de Marqués Flores y el accionar de una campaña política de aciertos condujo al triunfo al PAN y por supuesto al Profesor Marqués.

Por primera vez llegaba a la alcaldía un maestro normalista y se fortalecía la idea que el trabajo realizado por el trienio anterior tendría continuidad e imaginación. Al cabo del tiempo las proyecciones a futuro se han vuelto inciertas y la ciudadanía acepta con desencanto que se equivocaron al emitir su voto. Entre incapacidades, anarquía y corrupción el trienio de Márquez Flores supera el retroceso de Huixtla que se dio en algunas administraciones pasadas, recordando las administraciones priistas.

 

11.- EL AROMÁTICO, BEBIDA HISTÓRICA PRE-REVOLUCIONARIA

 

Así como fue de importante el cacao durante la época prehispánica y colonial, el café fue configurando su importancia en la región a principios del siglo pasado. Hasta hoy cuando su producción es la base en la cual giran toda una serie de actividades que se experimentan en varios municipios del Soconusco.

Se dice que en 1819, se cultivaron las primeras plantas de café en la región. Aunque según don Manuel Larrainzar subdelegado del Soconusco a principios del siglo XIX fueron consideradas como plantas medicinales con alguna posibilidad de exportación. En 1874 don Matías Romero informa que los primeros cafetos comerciales (5 mil matas de Borbón) fueron plantadas por el Italiano Jerónimo Manchinelli en 1846 cerca de Tuxtla Chico, en los terrenos del rancho la Chácara sobre las faldas del volcán Tacaná.

Es en 1880, cuando la producción se incrementa fortalecida por la definición de límites entre Chiapas y Guatemala. Medida que da seguridad para obtener títulos de tierras disponibles. Aprovechada por extranjeros ricos, principalmente Europeos que adquieren grandes superficies propicias para el cultivo de café invirtiendo capitales en la parte alta del Soconusco. Aunado también al entusiasmo que representaba el alto precio que este producto tenía a causa de la revolución en Brasil. Por lo tanto en ese mismo año se establecen plantaciones en Cacahoatán y Unión Juárez. Más adelante bajo la tutela de la política presidencial de protección y estímulo a empresas extranjeras por parte del general Porfirio Díaz, se fueron constituyendo en toda la región las históricas Fincas Cafetaleras. Que al paso del tiempo nos dice el Doctor Carlos Castillo “habrían de desarrollarse para alcanzar 2 tipos diferentes en la producción, unas con alto grado de tecnificación que se orienta al mercado exterior obteniendo altas ganancias y otras de pequeños propietarios y ejidatarios que surten al mercado local, alcanza baja calidad y su producción es acaparada por comerciantes que estipulan las condiciones de compra de café así como las formas de distribución” (16)

Históricamente el precio del café en la región ha estado sometido a los vaivenes del precio internacional propiciado por países con mayor producción en el mercado de Nueva York. Actualmente otros países han incursionado en el cultivo y comercialización como es el caso de Vietnam que ha invadido el mercado internacional abaratando los precios del aromático. El escritor Matías de Córdova dice que en 1870, el precio de un quintal de café era de $8.00, dos años después en 1872 nos dice Moisés de la Peña el precio había subido a $23.00 el quintal. El precio fue en ascenso por lo que el gobierno Porfirista desarrollo una intensa campaña con el fin de atraer capitales al Soconusco. En 1883 se mejoraron las instalaciones del entonces Puerto de San Benito (Puerto Madero) para el embarque de café hacia la ciudad de Hamburgo, Alemania y Nueva York, Estados Unidos. Mas tarde en 1908 se construye la vía férrea panamericana de 458 kilómetros, compartiendo el costo de la construcción el gobierno federal y la banca norteamericana. Así mismo se mejora la red de caminos vecinales. Con la construcción de la vía férrea la producción cafetalera se acrecienta permitiendo sacar el grano por el puerto de Salina Cruz en el Pacífico y por el de Coatzacoalcos, Veracruz en el Golfo.

En 1895, el soconusco contaba con dos millones de cafetos y 5 años después, esto es en 1900 se cosechaba 70 mil quintales con una existencia de 94 plantaciones cafetaleras. En 1907 y 1909 la producción general del café subió de 80 mil a 120 mil quintales y en 1915 sumaba ya 15 mil. En 1928 existían 91 plantaciones cafetaleras en el Soconusco, 32 fincas Alemanas, 25 Mexicanas, 13 Españoles, 10 Norteamericanas, 8 Francesas y 3 fincas Inglesas. Desde 1881 las Fincas cafetaleras eran tituladas evocando hasta hoy el origen de sus propietarios; Lubecka, Bremen, Hamburgo, Germania, Argovia, Hannover, Prusia, Génova, Nueva Francia, Irlanda, España, Covadonga, Eureka, Guanajuato, Helvecia, Córcega, Maravillas, Perú, Nueva Argelia, Gilbraltar, Rioja, Grecia, Albión, Escocia, Fortune, Nueva Alemania, etc.

Los apellidos Lutman, Edelman, Kalhe, Reinshagen, Peters, Treviño, Benstorf y Polhens, permanecen hasta hoy en día en la historia cafetalera.

 

11.1 CONDICIONES SOCIALES Y RIQUEZA CAFETALERA

 

El auge del café a finales del siglo XIX y a principios del XX, así como la importancia que tiene para nuestra economía, ha sido gracias también a la mano de obra de miles de indígenas Mexicanos y Guatemaltecos. Que bajo condiciones de vida miserable y de explotación hicieron posible que muchos extranjeros y porque no decirlo terratenientes Mexicanos anquilosaran riquezas.

El Doctor Carlos Castillo, menciona que a fines del siglo pasado Matías Romero se percató de la falta de mano de obra en el Soconusco. Dicha escasez nos dice el Dr. Castillo “implicaba un círculo de miseria para la contratación, que por una parte representaba un pago por la contratación” o “habilitación” del “mozo” o trabajador y por otra para el trabajador “habilitado”, en esa forma, significaba la adquisición de una deuda con el propietario que debía pagar con trabajo, esto ocasionó lo que Romero llama una cadena interminable de pagos y fugar”, que fue aliviado con la “habilitación” de familias pobres que moran en la altiplanicie Guatemalteca, pero esa dependencia era inconveniente para el desarrollo de una escala ampliada del cultivo del café que necesitaba trabajadores permanentes, pero “Los indios de la tierra fría de Guatemala, sólo vendían su fuerza de trabajo por dos o tres meses y regresaban a cuidar su siembre en su patria” (17), así mismo dice Castillo, “… Las condiciones económicas, de salud, de vivienda, de clima, de alimentación, de duración de la jornada de trabajo y de los míseros salarios percibidos, fueron los que presionaban al “mozo” a fugarse, a romper violentamente con la presión de las cargas que constituían las deudas… (18)

El Dr. Castillo nos dice que a principios de este siglo, se intento trae trabajadores a esta región del Soconusco de todas partes del país y del mundo, tales como Japoneses, Chinos e Italianos. Pero prefirieron irse a otras partes donde ganaban mejor en trabajos menos pesados y en mejores condiciones ambientales. Matías Romero relata que en los orígenes del cultivo de café en el Soconusco, se pagaba salarios por jornal “desde real y medio hasta dos reales y medio diario” (19). El escritor Alemán Paúl Furbach menciona que en 1912 según el, los Chamulas recibían 40 centavos al día y se les daba de comer tortilla y café en la mañana, al medio día des daban fríjol y pozol, en la tarde también lo mismo, comían 2 veces a la semana arroz y carne.

 

En 1976, el salario mínimo era de $40.00 a $49.00 diarios, en 1980 era de $80.00 y en 1982 de 120.00 descontándose comidas y habilitación (endeudamiento con la Finca). Aún, en 1982 existían corrientes migratorias de indígenas Tzeltales y Tzotziles de los altos de Chiapas como mano de obra a la región Soconusco. Por esas fechas en entrevista a grupos Tzeltales de Tenejapa en la Finca San Cristobalito, decían estos que su alimentación se componía de frijoles, Chile, café, tortillas y pozol y que la jornada de trabajo era de 4 de la mañana a 6 de la tarde.

A finales de los sesentas y principio de los ochentas los trabajadores indígenas de los altos de Chiapas dejaron de venir a las fincas del Soconusco, iniciándose la contratación de mano de obra Guatemalteca por parte de los finqueros. En declaración de parte de uno de los dueños al diario nacional “Uno mas Uno” esgrimía la razón para no contratar indígenas Chiapanecos “la mano de obra de Guatemala es mas barata, no pide prestaciones y no sale con eso de que el terreno es muy grande y quiere invadirlo”. Las construcciones urbanas e hidroeléctricas realizadas en la región central del estado propicio que la mano de obra indígena de los altos emigrara hacia esa zona para convertirse en obreros de la construcción. Otras de las razones para que los indígenas de los altos de Chiapas se alejaran de las fincas cafetaleras de esta región.

 

En 1880 cuando el cultivo de café se incrementa se establecen plantaciones por zonas en la región del soconusco. La primera comprende de los municipios de Tuxtla Chico, Cacahoatan, Unión Juárez, Metapa y parte de Tapachula a una altura de 1300 a 1400 metros sobre el nivel del mar la más alta y baja hasta los 200 metros. La segunda queda comprendida entre los ríos Coatán y Huehuetán a una altura mayor de 1,170 metros, a una menor de 460 metros S. N. M.  la tercera Zona se establece en los límites del río Huehuetán y Tepúzapa en una altura de 1125 metros S. N. M, la alta y baja a 400 metros S. N. M. La cuarta llamada boquerón queda comprendida entre los ríos Tepúzapa y Huixtla abierta al cultivo a partir de 1898, en una altura de 200 metros en la superficie del Ejido Francisco Sarabia, Finca Aurora y San Matero y con 1190 metros S. N. M., las fincas Germania, San Cristobalito y Hannover, siendo la cabecera Municipal de Huixtla el centro de embarque y envío.

 

Por un largo periodo de años la zona del boquerón bajo su rendimiento productivo al resentir la apertura del puerto San Benito (Puerto Madero) como centro e embarque, No así otras zonas plantadas que vivieron un mejor auge por la cercanía que estas tenían con este puerto. Es en 1908, cuando el boquerón amplia la superficie al cultivo, como muestra de interés de los productores al percatarse de la construcción de la vía férrea que constituiría un importante medio de comunicación para el embarque de la producción cafetalera. A principios de los años sesentas y en adelante esta se incrementaría con la construcción de la carretera costera del pacífico y en 1974 con el camino de terracería hacia la región sierra.

 

12.- LOS INMIGRANTES CHINOS EN EL SOCONUSCO

 

Datos bibliográficos y de consulta personal coinciden en que la llegada de los primeros Chinos a la región Soconusquense data de hace 133 años, cinco hombres y una mujer procedentes de Panamá en 1870. Con el paso de los años y plenamente asentados se forma en 1884 la primera agrupación en Tapachula, instituyéndose en 1906 la primera directiva que aglutina a todas las colonias Chinas que existían en el estado. Más tarde se incrementa el flujo de inmigrantes gracias a la construcción de la vía férrea en 1908, permitiendo la comunicación con las vías marítimas de desembarco de puerto Arista y San Benito (Puerto Madero) que con una línea de vapores comunicaba a otros puertos del Pacífico. Desde San Francisco, Estados Unidos hasta Punta Arenas, Argentina.

 

Según la investigadora Rosana Reyes supone que los primeros Chinos llegados al Soconusco, provienen de las grandes colonias Chinas formadas en San Francisco, Panamá y Perú en la década de 1850 cuando comenzaron las grandes corrientes de inmigrantes hacia América “…Las condiciones en que vivían los Chinos llegados a Panamá o Perú no eran nada halagüeñas, pues era mano de obra contratada con engaños o bajo presión para realizar trabajo pesado por salarios ínfimos y en condiciones de completa insalubridad, salir de la condición de Culi, como se llamaban a estos trabajadores era empresa difícil y las perspectivas desalentadoras, por ejemplo; los chinos que permanecieron en Panamá después de terminado al ferrocarril se convirtieron en los dueños de barracas en las que se alojaban y daban de comer a los negros que llegaron a trabajar al canal (19).

 

“Los Chinos que salieron de su país con rumbo a California (conocida por los Chinos como Kin-Shan montaña de oro) emigraron libremente, muchas veces encandilados por el brillo del oro y los mitos de fortuna amasados en corto tiempo, sin embargo también en California las condiciones eran difíciles, incluso antes del acta de exclusión en 1882 que prácticamente prohibió la inmigración de Chinos a Estados Unidos; el trabajo era duro (ferrocarril y minas) y la competencia grande (más de 200 mil Chinos habían llegado a California par 1877)” (20).

Quizá como apunta Rosana Reyes los Chinos desplazados o que no pudieron colocarse en dichas colonias, decidieron probar suerte en otras geografías del mundo. Los pueblos del Soconusco fueron uno de ellos donde se encontraron muchos que eran familiares y los que llegaron por haberse enterado que había paisanos. Así mismo Reyes apunta que así como la mayoría de los Chinos de América, los del Soconusco se colocaron en cuanto pudieron en el sector de los servicios; almacenes de mercancías en general, tiendas de telas, restaurantes, cantinas, hoteles, tostadurías de café, velerías, así mismo se dedicaron a la fabricación de aguardiente, acuacultores que se aventuraron para buscar mejores niveles de vida; la ruta fue Hong-Kong-Japón-San Francisco-México…”

En la década que va de 1920 a 1930 “Algunos Chinos habían establecido almacenes de gran tamaño donde se podían conseguir todo tipo de mercancía (salvo productos perecederos); harina, jabón, manteca, azúcar, galletas, latas, aguardiente, artículos de ferretería y tlapalería…(21). Muchas de estas tiendas se dedicaban a la distribución y al mayoreo de mercancías a los poblados de toda la costa, principalmente a localidades de la zona alta cafetalera.

En 1927 la población China de Chiapas era de 1265 personas, en 1930 disminuyó sensiblemente a 1095 debido posiblemente   al hostigamiento que ejercía hacia ellos el régimen de Elías Calles, que en ese año terminaba su mandato. Lo que tampoco significaba que las persecuciones se terminaran continuando hasta 1931. “Un verdadero genocidio borrado de la historia oficial con lo que el régimen de Calles y los terratenientes locales trataban de desviar al descontento popular por aquellos años”.

 

LA COMUNIDAD CHINA EN HUIXTLA

 Se debe de suponer que el arribo de Chinos en el Soconusco no fue a través de flujos uniformes. Esto es, no todos llegaron al mismo tiempo ni de la misma manera ni en las mismas condiciones. Cada grupo e individuo tuvo su particularidad por lo cual suponemos que el arribo de los primeros Chinos que pisaron tierra Huixtleca se dieron en dos momentos. El primero; cuando algunos grupos se habían establecido en Tapachula, aliciente importante para que otros arribaran desde el interior de la República Mexicana donde se encontraban sin las condiciones necesarias para fijar residencia “….Salina Cruz fue un importante puerto de entrada para los inmigrantes Chinos de principio de siglo; por el entraron algunos que luego se establecieron en el Soconusco, pero fue la única vía de acceso, a la región llegaron Chinos que habían entrado a América por otros puertos o que habían vivido antes en otros lugares del país o del continente; San Francisco, Sonora, Manzanillo, Veracruz…” (22). El objetivo de tener mejores niveles de vida planteaba la necesidad de enrolarse en trabajos donde en ese entonces se necesitaba de mano de obra abundante y barata “…En Marzo de 1900 entraron 2700 Culies Chinos para trabajar en Chiapas, Oaxaca y Sonora como jornaleros agrícolas. La mayoría de ellos llegó de Salina Cruz y de Guatemala y en 1903 arribaron las primeras 57 familias de 25 mil destinadas a Yucatán, los plantadores pretendían utilizarlos para el corte de café, pero pronto rehusaron trabajar en labores agrícolas y monopolizaron el pequeño comercio en los pueblos de la costa” (23).

El segundo momento suponemos es la llegada de Chinos que venían huyendo de una convulsionada república China, como resultado de una cruenta lucha civil entre 1914 y 1920 en calidad de refugiados, teniendo de por medio el apoyo de paisanos, amigos y familiares que habitaban en varias regiones de México. En muchos casos familiares y amigos fueron traídos directamente a Huixtla.

Iniciando el siglo XX, arribaron al pueblo de Huixtla los señores Federico Lay León en 1900, Manuel C. Juan en 1912 y Antonio Cuan Chang en 1920, más tarde llegarían los señores Carlos Corlay, Jesús Lay, Eduardo Puon, Juan Choy Pool, Joaquín Chang, Alfonso Puon, Miguel Chie y Antonio Jo. Como la mayoría de los Chinos de América, trabajaron como empleados en almacenes de mercancías en general y tiendas de ropa, más adelante con el sacrificio del trabajo y establecidos en Huixtla pusieron algunos pequeños restaurantes, tiendas de mercancías y ropa, ferretería y tlapalería.

Paulatinamente el grupo de Chinos que vivía en Huixtla se fue organizando. Inicialmente en una asociación que más tarde se convertiría en una de las colonias Chinas que empezaría a funcionar en el estado en los años treinta. Principalmente funcionaba como un grupo donde la ayuda y defensa mutua entre sus miembros sería una de sus características para preservar la cultura y tradición oriental, así mismo en defensa de sus intereses dentro del medio social en un pueblo de un país occidental. De esta manera la colonia China realizaba actividades para apoyar y beneficiar a la comunidad Huixtleca.

En los años cincuenta se puede apreciar que la comunidad China ya se había integrado a la sociedad Huixtleca. En el libro o directorio editado en 1957 en la ciudad de México  se menciona a su directiva y los apoyos que habían otorgado a ciertas instituciones locales. Así mismo anuncian como comerciantes a señores Manuel C. Juan, Alfonso Puon, Carlos Corlay Pérez, Juan Choy Pool y Jesús Lay, a don Joaquín Chang como propietario de el “Huixtleco” restaurante ubicado en la calle Morelos número 5.

Actualmente en Huixtla encontramos familias de apellidos; Yau, Ley, Puon, Chie, Chiu, Choy, Ly, Juan, Lay, Corlay, Wong, Chang, Chong, Choypool, Jo y Lom, por citar los más conocidos. 

 

http://www.huixtlaweb.com

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